martes, 22 de abril de 2008

Varias Cruces, una Pascua y algunos testimonios de Resurrección...

  • Ya sé que puede parecer que soy un perezoso para escribir (que lo soy), y que hace mucho que no mando noticias de aquí, estoy en ello pero os adjunto un mail de Beatriz que hemos preparado entre los dos.Además a mi se me va mas la cabeza con los hipopótamos que hay al lado de casa, en el río evidentemente, o de la pedazo de avestruz que había el otro día en mitad de la ciudad, y ella cuenta otro tipo de cosas que me parecen mas interesantes.
  • Hola a todos y todasHa pasado el tiempo desde el último mail comunitario: ¡más de un mes! Rodrigo y yo esperamos que sigáis bien, que hayáis disfrutado de la Semana Santa y Pascua, cada uno en su modalidad.Ambos estamos muy bien, eso sí: bastante más guarretes. Cada vez que miro mi ropa echo de menos el aspecto de la última vez que la miré y cuando miro los pies de mi marido no reconozco en ellos al hombre de mi vida (veo más bien al chadiano que se lo ha comido).Yo he tenido fiesta unos días en el Hospital y hemos viajado a Koumra para celebrar la Semana Santa con los Hermanos Maristas de allí: Martín, Esteban, Peio y Blaise.Bueno, las celebraciones han sido como para poner publicidad en medio: ¡la misa de Pascua duró 5 horas!: con más de 100 bautizos de adultos. Esta ha sido una Pascua diferente… la verdad es que cuando en Semana Santa hemos revivido el sufrimiento, la Cruz de Jesús; nosotros mirábamos alrededor y veíamos cruces de hambre y de enfermedad, de gran intensidad. El hecho de llevar unos meses por aquí no hace que te acostumbres a ver situaciones de miseria. En la Resurrección también veíamos esperanza y alegría compartida entre familias y vecinos: un niño sano, un nuevo pozo, una escuela, una buena cosecha…El lunes de Pascua… ¡fuimos al río!… un placer indescriptible, un baño en agua templadita con un montón de niños y una pelota. Después barbacoa y siesta bajo un árbol, ya podían venir los rebeldes que no nos íbamos a mover ni un paso: algo memorable.
  • Después de la Semana Santa, vuelta a Sarh, esta vez…¡con luz y con agua! que por cierto, nos simplifican bastante el día a día.Internet ha estado algo más difícil, no sabemos porqué.También a principios de abril se ha celebrado en la ciudad un encuentro nacional de jóvenes cristianos que ha durado 5 días. Se han reunido…¡1000 jóvenes de todo el Chad! entre 15 y 20 años. Rodrigo y yo hemos colaborado: él en organización y yo en el botiquín. Ha sido un gran esfuerzo para un país donde todo es una auténtica odisea: la organización de la comida empezaba por comprar 15 bueyes y 20 cabras que pastaban en el terrenito contiguo al nuestro. Los chavales comían con las manos, dormían en el suelo, se lavaban con cubos… la verdad es que muchos de ellos no tienen mejores condiciones en sus casas. Bueno, pues todo ha salido estupendamente. Ha merecido la pena acercarnos a unos jóvenes con ganas de seguir a Jesús, de cambiar las cosas, de ser críticos con la cultura tribal, de mejorar su país… desde luego tienen mucho camino por delante, también mucha ilusión. También a ellos les ha llamado mucho la atención nuestra presencia. Los chavales que atendía daban por supuesto que yo era monja (me lo voy a tomar a bien), de hecho a varios de ellos les tuve que mostrar a Rodrigo para que se creyesen que estaba casada, y entonces todo les encajaba (esto no se cómo tomármelo).Después de tanto acontecimiento hemos terminado un poco petados, pero ya nos hemos recuperado a base de siesta y huevos con jamón.
  • De vuelta a la normalidad, seguimos cada uno con nuestros trabajos, disfrutando del cariño de vecinos, compañeros de trabajo, misioneros, pacientes… Disfrutando sobretodo de compartir todo esto, juntos, los dos. Disfrutando un poco menos de los 42 o 43 grados, los mosquitos, la porquería…En fin, el día a día es cálido y sencillo por esta parte. Por otra parte, el hospital me acerca a otras realidades: mis pacientes sí que tienen porquería, e infecciones… los conozco por la ropa desde lejos, camino del hospital, porque no suelen tener un gran “fondo de armario”. Cuando se ríen, y se ríen mucho, me enseñan unos dientes desastrosos ya desde la niñez. Las mujeres nos traen pequeñines con horas de vida que han dado a luz por el camino, para que los limpiemos, les demos leche, algo de ropa…nada más dar a luz caminan 20 o 30 km sólo para esto.Los que encuentran una moto para venir con los niños, la aprovechan a tope: en ocasiones ¡5 personas!. Al final de la consulta muchas veces piden comida, ropa o dinero para volver a sus casas. Esto desata mi furia y les echo enormes broncas sobre la previsión y la organización de sus dinerillos; creo que no sirven de mucho. Es la cara amable de mi trabajo.
  • También llegan casos auténticamente indignos de un ser humano, miserias que nunca hubiese podido imaginar y que nos superan. Entonces mi ilusión de ser eficaz se topa con la realidad.Simplemente estamos y hacemos lo que podemos: aliviamos el dolor, damos de comer, limpiamos, acompañamos y rezamos por ellos, en ocasiones con ellos. Son los pacientes en fases terminales de SIDA, los niños desnutridos o los pacientes con tumores que no podemos tratar... (aunque yo se que se “pueden” tratar). Aquí los finales no son felices para ellos, sin embargo, aceptan las cosas como vienen; con entereza y resignación (empiezo a pensar que con demasiada resignación).
  • Bueno, pues todo esto vivimos por aquí. Rodrigo otro tanto en la procura con proyectos, colegios que hay que supervisar, formación de profesores…
  • Hasta aquí nuestra crónica del día a día. Como veis, no tengo remedio y me enrollo como una persiana (por cierto aquí no hay persianas).Queremos que sepáis que nos alegramos mucho de vuestras noticias, ¡porque además son muy buenas!: los embarazos, los niños que han nacido, cumpleaños: damos gracias a Dios por ello.Los que pasáis por momentos difíciles también estáis muy presentes en nuestra oración.
  • De Zapatero, nuestro nuevo presidente, también nos acordamos bastante.
  • Un beso enorme de África, Rodrigo y Beatriz